Esto es punk.
Esto sí que es punk de verdad.
La voz de Jemina Pearl, protagonista indiscutible del grupo, a veces recuerda a Gwen Stephani en su etapa de No Doubt, pero es mucho, pero que mucho más enérgica, y mucho, pero que mucho más desgarrada.
Su música es para escuchar a todo volumen en medio de un mogollón de punkarras con cresta moliéndose a golpes mientras bailan pogo de buen rollete en el suelo resbaladizo de una enorme y sucia nave industrial.
Energía –a veces desbocada- y marcha como para parar un mercancías de cuatrocientos vagones cargados hasta los topes de plomo macizo. Pero ojo al dato, ¡sin estridencias! Lo que se agradece mucho.
A veces usan compases partidos o con un orden extraño y diferente que acaba por convertir las ya de por sí caóticas canciones en líos indestrenzables –toma palabro-. Eso sí, todo hecho, y aunque parezca imposible, con mucha gracia, mucho arte y mucha imaginación.
Recomendado para aquellos que tienen ya el cuerpo viejuno y la mente... también, pero que son capaces de recordar lo que se siente cuando se tienen 20 años.
Wikienlace.
Myspace.
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