Curiosísima banda sueca, me encanta. Eso que llaman indy no es un estilo en el que se luzcan mucho los instrumentistas, se le da más importancia a otras cosas, pero esta banda sí le da, y mucha, por eso no sé si es todo correcto etiquetarlos como indy, pero eso en realidad da igual.
Su estilo es del rollo del indy británico de esta década, cercano a Franz Ferdinand, pero con una actitud más punk, tirando a The Clash, y con las melodías inocentonas del pop/rock sueco, y con toques del soul y el rock de los ’70. Sí, un auténtico lío que si no se hace bien puede resultar un desastre. Pero estos tipos se lo montan muy bien. Pero que muy bien. El disco es muy divertido y entretenido de escuchar, y más teniendo en cuenta, para los que nos gusta, que de vez en cuando hay algún solo de guitarra, aunque no sean demasiado espectaculares, que la presencia del Hammond le da un aire muy auténtico, y que el batería, amigos, el batería es un figura, un crack. Si escucháis este disco tened en cuenta sobretodo al batería. Ya les gustaría a muchas bandas punteras de estilos más técnicos tener a un batería así en sus filas. Se llama Ludwing Dahlberg, y es uno de esos músicos que desde su asiento en el fondo del escenario, son capaces de protagonizar por completo cada una de las canciones, canciones que para nada serían lo mismo si las tocase otro, o mejor dicho, si las hubiese compuesto otro. La batería no es la guinda del grupo, es la parte sustancial, y no sólo del ritmo, que tienen mucho, si no de la compositiva. Después de escuchar el disco un montón de veces da la sensación de que las canciones se hayan compuesto a raíz del ritmo de percusión y a partir de ahí se hayan ido añadiendo los demás instrumentos. De verdad colegas de la bloggosfera, este tío es un fenómeno.
Éste es el tipo de batería que me gusta, el que no necesita virtuosismos de ningún tipo, ni redobles espectaculares o interminables, ni baterías que no caben en un camión de 18 ruedas, ni velocidades endiabladas, ni siquiera dosis brutales de potencia. El tipo de batería que me gusta es músico, no atleta, y es capaz de aportar a la música no sólo ritmo, si no simplemente música, y esta banda humilde pero muy interesante tiene en sus filas a ese tipo de batería. Apuntad este nombre, Ludwing Dahlberg.
1 comentario:
¿Estás comparando a The (International) Noise Conspiracy con Franz Ferdinand? ¡venga hombre! estos suecos tienen ritmo y mala leche, no son indies como todos esos poperos ingleses que están tan de moda actualmente. The (International) Noise Conspiracy son más bien un grupo de soul rock garagero, con toques de rock clásico, de soul, y de punk.
No he podido escuchar aún este último disco, pero los 4 anteriores eran así: no es un grupo muy cañero pero tiene mala leche, y eso es precisamente lo más importante del grupo: sus ideas revolucionarias, para ellos la música es secundaria, son activistas de izquierdas y utilizan la música para expandir esa conspiración internacional del ruido.
No en vano el origen del grupo está en los míticos Refused: toda una referencia del hardcore europeo donde cantaba Dennis Lyxzén, sí el cantante de T(I)NC es aquél hardcoreta gritón, que sigue con las mismas ideas revolucionarias, haciendo una música totalmente diferente pero con la misma mala leche.
Puestos a compararlos con grupos más conocidos creo que sería más correcto compararlos con los Hives, por ejemplo.
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