Lo ví en directo hace cosa de un año. Jamás olvidaré el final del concierto. Alargó Parisienne Walkways hasta que le salió de los webos improvisando con una maestría y un vigor sostenidos e incontestables. Algo indescriptible que no se aprecia en sus discos de la misma manera. Cuando se largó, la gente estaba anonadada, boquiabierta, digiriendo lo que habían visto, y nadie se movío hasta que pasó algo así como un minuto en un limbo global.
Gary Moore era, ademas, de esos que consiguieron que empuñar una seis cuerdas cañera se considere positivo y enriquecedor.
Nos queda su obra y su ejemplo. Pero ya nunca podremos escucharlo sin sentir pena, sabiendo que no volverán a resonar su garra y sentimiento míticos, en noches mágicas, bajo el calor de las luces.
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Lo ví en directo hace cosa de un año. Jamás olvidaré el final del concierto. Alargó Parisienne Walkways hasta que le salió de los webos improvisando con una maestría y un vigor sostenidos e incontestables. Algo indescriptible que no se aprecia en sus discos de la misma manera. Cuando se largó, la gente estaba anonadada, boquiabierta, digiriendo lo que habían visto, y nadie se movío hasta que pasó algo así como un minuto en un limbo global.
Gary Moore era, ademas, de esos que consiguieron que empuñar una seis cuerdas cañera se considere positivo y enriquecedor.
Nos queda su obra y su ejemplo. Pero ya nunca podremos escucharlo sin sentir pena, sabiendo que no volverán a resonar su garra y sentimiento míticos, en noches mágicas, bajo el calor de las luces.
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