Con este disco he descubierto el vozarrón de Jorn Lande. Nunca es tarde. Lo escuché hace unas semanas y me dejó estupefacto, pero antes de comentar nada aquí quería documentarme un poco sobre Lande, para ello he escuchado discos suyos en solitario, el binomio Allen/Lande, Masterplan y Avantasia. La verdad es que no he encontrado nada del nivel de Ark. Se podría decir que Jorn Lande, junto con Oliver Hartmann, es el sucesor de los tres monstruos anteriores a la New Wave of British Heavy Metal, que son (a mi entender) Ronnie James Dio, Graham Bonet y David Coverdale.
Jorn Lande, en este disco, conjuga lo mejor de los tres, que no es poco decir. Más que “no es poco” se podría decir algo que es absolutamente extraordinario. Potencia de voz terrible, pasión, espectro de frecuencias enorme, recursos ilimitados, entonación muy compleja y perfecta, melodías mágicas, y sobretodo una facilidad para cambiar el timbre y el estilo impresionante. Muchas veces recuerda a los tres citados, pero en otras ocasiones también puede recordar a cantantes tan diferentes como Dolores O’Riordan o Bjork (sí amigos, Bjork, y si no escuchen “Absolute Zero). Si a Frank Sinatra le llamaban “La Voz”, a Jorn Lande se le podría llamar “Las Voces”.
La única pega que le pongo es que, frecuentemente, más que recordar a otros cantantes, hace una verdadera imitación. En uno de los discos de Avantasia se parece tanto a Dio que uno se pregunta por qué un cantante con tantísimos recursos canta exactamente igual que otro. Lejos de agradar lo que hace es perder puntos, al menos desde mi punto de vista. Creo que eso es lo único que le falta a Lande para ser una verdadera estrella.
Aparte de todo esto, el disco es cojonudo, muy original. Recomendadísimo.
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