Este blog es de opinión, no informativo. Las opiniones suelen ser positivas, pero no siempre.

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26 noviembre 2010

Scorpions, pasado y presente


Scorpions, palabras mayores. Hace ya 38 años desde que sacaron su primer disco, repito, 38 años, y están plenamente en forma. Mira si lo están, que su nuevo trabajo “Sting In The Tail” es uno de los mejores de toda su carrera, y no sería muy aventurado decir que el mejor. Pero dejemos esto para el final…


Vamos a hacer un repasillo a su discografía. 17 discos de estudio, si no me equivoco, repartidos de forma muy diferente en cuatro décadas de historia musical que dan para mucho. Si dividimos la carrera discográfica de Scorpions en varias etapas, “Lonesome Crow” podría ser la etapa cero...



22 noviembre 2010

Interpose+ - “Indifferent” (2007)


Grupo japonés prácticamente desconocido de rock/jazz progresivo con la particularidad de que su vocalista Sayuri Aruga canta en japonés, lo que no deja de resultar curioso en ningún momento. El japonés no es el idioma del rock, pero no suena nada mal, y además le da un toque exótico muy interesante.

Pero lo interesante de verdad es la asombrosa técnica instrumental y vocal de los cinco componentes, no se salva ni uno, desde la cantante hasta el batería son todos unos virtuosos de primer orden. Destacaría a bajista, Dani (KBB), no se le oye demasiado, por eso recomiendo subir los bajos lo suficiente para escucharlo con claridad, es un auténtico monstruo.

La música de Interpose+ es pelín difícil de digerir, sobretodo en este disco, hay partes jazzísticas muy abstractas, atonalidades, y trozos especulativos de gran calidad técnica pero con muy poca melodía. Es lo único que hecho de menos del anterior disco.


La verdad es que el cambio de uno a otro es muy grande. En una entrada antigua comenté que Interpose+ habían grabado su primer disco (homónimo) con recursos técnicos muy limitados, y que merecían en su siguiente trabajo disponer de más presupuesto para grabar. Sin duda es así, la mejoría es enorme en casi todos los aspectos, sobretodo en el sonido, pero también en la voz de Sayuri, que ahora suena perfecta, y en la calidad de los instrumentistas. Las estructuras siguen siendo igual de complejas, y el uso de amalgamas hacen que sea difícil de seguir, pero como digo siempre, si se consigue es divertidísimo. Lo que hay mucho menos que en el trabajo anterior es melodía, por eso prefiero su primer disco, aunque éste sea mucho mejor técnicamente hablando.

El sonido no es nada espectacular, es muy sencillo, para que se escuche bien cada nota, y los tempos suelen ser tranquilitos, pero tienen algún trozo en el que se desbocan por completo y es una auténtica locura.

Muy recomendado, atención especial a Sayuri, pero también al resto de músicos, sobretodo es bajista, y a las amalgamas, y a las estructuras, vamos, a todo.

17 noviembre 2010

Stereophonics – “Keep calm and carry on” (2009)


Indy-rock del bueno. Diría que éste es el mejor trabajo de Stereophonics, incluso mejor que el memorable “Language, sex, violence, other...” de 2005. Es de esos discos que entran a la primera. Tiene bastante marcheta, incluso momentos muy cañeros, de puro rock and roll, con potencia y brío, pero sin dejar de lado sus típicos temas tranquilitos con melodías imaginativas y enganchosas.
Lo que más me ha gustado es que Kelly Jones canta de una forma más fina, sin raspar tanto la voz, lo que se agradece bastante.


La música de Stereophonics no es muy llamativa, no es espectacular en ningún sentido, es más bien sencillita, pero este disco tiene algo que hace que no pueda parar de escucharlo una y otra vez. Posiblemente sea eso, su sencillez, y el que últimamente me dedique a escuchar estilos más técnicos y de repente, entre ese conjunto de genios musicales y bandas con sonidos muy sofisticados coloque a Stereophonics es como un descanso, pues su música entra sin esfuerzo alguno, es llana y directa, y un regalo para los oídos. Un diez para Kelly Jones y los suyos, que muy probablemente estarán entre los mejores de este año.

14 noviembre 2010

Skunk Anansie – “Wonderlustre” (2010)


¿Os podéis creer que no había escuchado Skunk Anansie en mi vida? ¡Qué barbaridad! ¡Me he quedado pasmado!
No tengo ni idea de cómo es su música anterior. No puedo decir si “Wonderlustre” es más de lo mismo o un cambio radical en su carrera. Lo que sí puedo decir es que es una pasada. Me ha encantado. Es una mezcla explosiva de indy, punk, soul y pop en diferentes proporciones, con un sonido a ratos muy potente y muy trabajado, con canciones de muy diferente factura, rápidas, lentas, rítmicas, machaconas, de todo tipo, pero todas con una energía brutal, desbocada o controlada según el momento.


Energía que viene en un 90% de la voz de Skin, que canta de una forma tan apasionada que te pone los pelos de punta, con ese vozarrón de negra que tiene le imprime un poderío a todas las canciones que te deja tieso. Las negras tienen unas voces brutales, es un rollo que la mayoría se dediquen a estilos que no me van mucho. Sin ir más lejos, no hace mucho me llevé una decepción tremenda al escuchar el segundo trabajo de Noisettes, una banda inglesa que debutó con un disco punk-rock coloreado de music-hall y liderada por Shingai Shoniwa, una pedazo de cantante del estilo de Skin, o más bestia aún, pero que desgraciadamente se han pasado a un estilo mucho más convencional, muy poppy, que me dejó de piedra.

De “Wonderlustre” recomiendo todas sus canciones, pero especialmente “It doesn’t matter”, es sin duda la más tremenda de todas.


No paro de repartir dieces últimamente, otro enorme para Skunk Anansie, que me han dado un sorpresón.

11 noviembre 2010

David Bowie, el genial proscrito.


Hasta ahora nunca había escuchado un disco entero de David Bowie. El contacto más directo que he tenido con su música fue en el festival de Doctor Music de 1996, en Escalarre, al lado de Esterri D’Aneu. Me gustó mucho su actuación, pero por H o por B no pasé de ahí. Las maravillosas facilidades que nos da internet tenían que acercarme un día u otro a su música. Y así ha sido. Ahora puedo decir que he escuchado unos 30 discos de David Bowie. Ahora puedo decir si me gusta o no.


No voy a explicar nada de Bowie, para eso hay infinidad de medios mucho más acreditados, pero sí voy a decir las conclusiones a las que he llegado después de escuchar toda su discografía en estudio, que, amigos, ha sido una verdadera aventura.

Ahí van esas conclusiones:

- El hombre muy cuerdo no es que esté. No, la cordura no es su fuerte. Pero tratándose de un músico esto puede ser muy positivo...


- Ha tocado todos los estilos. Repito, todos. Escuchar su discografía es una caja de sorpresas, no sigue una evolución en el estilo, cada disco sorprende respecto al anterior. Cada vez que ponía un nuevo CD pensaba: -“A ver qué se le ocurrió ese año”.

- Bowie no es un gran cantante, ni tiene una gran voz, pero tiene una mente privilegiada que no para de aportar ideas geniales y una tremenda facilidad para expresarlas y plasmarlas en un disco.


- Pero lo mejor que tiene, y es lo que sin duda le ha convertido en el pedazo de artista que es, es que ha hecho siempre lo que le ha dado la gana, importándole una mierda si aquella nueva y genial idea era vendible como producto discográfico o no. Eso es lo que más me gusta de él, y es lo que hace que le admire profundamente, su independencia total respecto al mundo, eso es lo que define a un artista, él crea y los demás ya dirán si les ha parecido bien o no, pero la influencia de esos demás nunca hará que a Bowie no se le ocurra otra excentricidad y la presente como su nueva obra.

- Bowie es uno de los grandes. De los grandes grandes de verdad. No ha vendido las millonadas de discos de Michael Jackson o Madonna, pero se le puede considerar un icono de la música moderna en todas sus vertientes y uno de los músicos (y personajes) que más han influido a lo largo de las últimas décadas.


No he curioseado por ahí qué discos son los más vendidos o valorados de David Bowie, pero sí sé los que más me han gustado a mí. Son estos:

- “Hunky Dory” (1971)
- “Ziggy Stardust” (1972)
- “Aladdin Sane” (1973)
- “Low” (1977)
- “Hours” (1999)

Y alguna que otra canción suelta como “Heroes” (Heroes 1977), “D.J” (Lodger 1979), “Modern Love” (Let’s dance 1983), o “Hallo Spaceboy” (Outside 1995).

Ya he conseguido tapar otra de esas lagunas de ignorancia musical que me molestaban sobremanera, y esta vez ha sido un verdadero placer. ¿A quién le tocará ahora? ¿Pink Floyd, Bad Company, Blue Öyster Cult, Marillion, Ted Nugent...? Ya se verá.

07 noviembre 2010

Joe Satriani – “Black Swans and Wormhole Wizards” (2010)


Desde que tengo este blog no había podido aún comentar un nuevo disco del músico que más admiro. Llevo media vida enganchado a su música, y cada nuevo trabajo suyo ha sido siempre una alegría y una dosis de placer sonoro, sin excepción.

Aunque la verdad es que escuchar por primera vez un disco de Satriani es una sensación un poco extraña, sea el disco que sea. Si conoces bien su música y su anterior trabajo puedes notar enseguida que su técnica no ha perdido un ápice de calidad, al contrario; también puedes ver rápidamente si tal disco es más o menos cañero en su conjunto que el anterior; se pueden apreciar claramente los cambios en el sonido, las incursiones en otros estilos, el tono general, y otras cosas así. Pero decidir si ese disco que escuchas por primera vez es de los mejores o de los peores de su carrera es tarea imposible. Y tampoco después de escucharlo diez veces. La música de Satriani es como es, no es densa, pero de primera tacada cuesta separar las canciones unas de otras y definir sus estructuras. Después de escucharlo sabes que tiene melodías geniales, solos magistrales, partes lentas, partes rápidas, alguna excentricidad... pero es difícil decir qué canción es tu favorita o en qué puesto lo situarías en un hipotético ranking de sus mejores discos.


Mis conclusiones después de escucharlo unas cuantas veces son varias, pero no quiero arriesgar demasiado, que esto se queda aquí escrito y no se puede cambiar de opinión así como así.

- El disco es cojonudo, eso está clarísimo.
- El sonido y los arreglos son más complejos y sofisticados que en el disco anterior, “Professor Satchafunkilus...”.
- Si el tono general de “Professor...” era positivo y divertido, en este nuevo trabajo es mucho más serio y profundo. No es que sea más interiorista, porque el positivismo también sale de dentro, pero se pueden apreciar que ha habido un cambio en su vida (de la índole que sea) y ese cambio se refleja en su música. Ese tono serio y profundo coge visos solemnes en más de una ocasión, y en alguna de ellas roza la pomposidad, lo cual no molesta en absoluto.
- Ha añadido un teclista a la banda, Mike Keneally, que estuvo con Frank Zappa y Steve Vai. Resulta perfecto para crear ambiente y compactar el sonido, aparte de aportar más armonía. Me ha sorprendido este nuevo fichaje, pero más aún que en dos de las canciones tiene sus momentos para lucirse, y no los desperdicia, se marca un par de solos jazzísticos excelentes. Que yo recuerde, esto no había pasado nunca en un disco de estudio de Joe Satriani. Nunca es tarde para cambiar. Buen fichaje.
- La estructura del disco sitúa, como otras veces, las canciones con más gancho al principio y las más especulativas al final.
- Satriani siempre mete una baldita en sus discos, y en éste también, pero esta vez tiene unos aires retros que la diferencian de las que ha compuesto hasta ahora. Como todas sus baladas, es una delicia.

Más o menos hasta aquí puedo leer. El maestro Satch nunca defrauda, siempre está al más alto nivel. Y nunca descansa, su cabeza y su corazón no paran de crear más y más música, cada poco tiempo edita un nuevo y excelente trabajo para el disfrute de los buenos escuchadores de música. Otro diez para el que considero mejor guitarrista y mejor músico de todos los tiempos.

03 noviembre 2010

Cream – “Fresh Cream” (1966)


Mi permanente y eterna lucha contra la ignorancia musical me ha llevado a escuchar Cream. Reconozco públicamente que nunca había escuchado un disco entero de ellos, al menos de forma consciente. Tengo excusa, este disco se editó unos años antes de que yo naciese. Lo sé, no es una buena excusa.

Cada uno se marca un punto límite que separa la música de “antes” y la de “ahora”, totalmente subjetivo. En los ’80, después de hastiarme del heavy metal y darme cuenta de que la música del momento no era lo mío, me dediqué a escuchar música de los ’70. También considero a los ’70 como mi “ahora”, porque en esta década aparecen y toman forma los estilos que más escucho hoy día, el rock progresivo y el metal, y el punk en un segundo término. Durante los ’80 también escuché mucho blues y soul de los setenta, que si bien sus inicios son anteriores, los setenta fueron una década muy brillante para estos estilos.

Pues bien, “Fresh Cream” marca ese punto de inflexión, “Fresh Cream” es el principio de mi “ahora”. En el disco hay mucho blues, pero también psicodelia, rock’n’roll y unos incipientes rasgos de rock progresivo, una mezcla muy curiosa que sorprende por su vigencia y que ha dejado huella, hay muchos grupos hoy en día que hacen música como Cream. Pero lo que sí que tuvo que ser un auténtico bombazo para la época es el estilo y el sonido de la guitarra de Eric Clapton, leyenda viva del rock.

Aparte de trascendencias musicales, “Fresh Cream” es estupendo, toda una experiencia escuchar este disco y cualquier otro de Cream, lo recomiendo a todo el que como yo hasta hace muy poco, no lo hay escuchado todavía y quiera aprender algo de historia musical sin necesidad de leer, sólo escuchando, y sacando cada uno sus propias conclusiones.

01 noviembre 2010

Colorsound – “Colorsound” (1999)

En una de las escapadas de Ian Astbury, Billy Duffy, el guitarra de The Cult, formó su propia banda, Colorsound, y editó un disco homónimo. Está muy bien, hard rock metálico, con buenas melodías y muchos momentos brillantes. La única pega es que su parecido a U2 sobrepasa lo aceptable, tanto que roza la imitación. Aparte de eso, el disco es muy entretenido de escuchar, tiene un sonido agradable pero potente, y estribillos con mucho gancho.