¡Qué raros son estos tíos! Aunque con este disco un poco menos, se han convencionalizado (toma palabro) un poco.
-“!No me jodas!” –dijo él-.
Tranqui, sólo un poco. Supongo que los ha pillao un productor con pasta y les ha dicho: –“Esto lo vamos a hacer así”.
Por mí no hacía falta.
El sonido está muy depurado, las letras se entienden (no digo que se comprendan, se entienden, literalmente), hay más canciones cantadas, las voces son menos distorsionadas y suenan al pop almodovariano de los ochenta (yo me entiendo).
Pero repito, tranqui. El Columpio Asesino siguen siendo ellos, conservan toda su esencia de pop-punk-electro-underground (ya estamos con lo de los estilos), sonidos poderosos y extraños mezclados con voces angelicales de ultratumba (yo me entiendo), cambios sorprendentes, y frases como “Un cuervo negro habita en nuestro corazón”; “Dispararé a quien quieras por ti”; o “Me arrancaré los dientes, tendré sonrisa nueva”.
Y digo tranqui porque si El Columpio Asesino tienen algo especial es ese poder hipnotizador que tiene su música y ese ambiente oscuro que tan bien saben crear, y eso está presente en “La Gallina” (curioso y feo título).
Junto con Triángulo de Amor Bizarro son lo mejor de la música moderna actual de estos terruños.
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