Con todos los respetos, a mí esto no me gusta. Será generacional, por el sonido, por esos solos interminables o simplemente por el estilo, pero yo con esto no puedo.
Me gusta el jazz, bueno, creo que puedo decir que me gusta (es supercool decir que te gusta el jazz), pero sigo necesitando melodía en la música, no me vale sólo con artificios técnicos y complicadas amalgamas difíciles de seguir.
Y creo que puedo decir que me gusta el jazz de la misma manera que digo que me gusta el rock y no necesariamente tiene que gustarme Elvis Presley o Chuck Berry, o que me gusta el pop y no por ello poder soportar un disco de los Beatles entero.
Y si por eso no puedo decir que me gusta el jazz pues no lo digo y ya está, pero eso no quita que disfrute como un gato martirizando a un saltamontes cuando escucho Spyro Gyra, Michel Camilo, Marcus Miller (que tocó con Miles Davis en su día), Bill Evans (el saxofonista), Parallel Realities, Metro o Ximo Tebar. Aunque la verdad es que todos estos hacen jazz pero mezclado con algo (es super cool decir jazz-fusion), funky, rock, latino, country…
Posiblemente sea eso.
Está bien esto de escribir en un blog, la pluma digital ayuda a aclarar ideas, mejorar la ortografía y el vocabulario, y como dije en la primera entrada resulta terapéutico. Lo recomiendo.
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