¡Qué decepción más grande!
Esperaba con ansiedad el segundo disco de Noisettes y me he llevado una terrible decepción.
Noisettes se han transformado. Han dejado de existir.
El primer disco era una explosiva mezcla entre music hall y punk, algo así como The Fratellis pero a lo bestia, con la particularidad extra de tener una cantante negra que toca el bajo, con lo difícil que es encontrar instrumentistas negras. Para muestra una foto.Ella es Shingai Shoniwa. Imagínate lo que deberían ser en directo.
El disco no es que fuese ninguna maravilla en su conjunto pero tenía dos temas de una energía arrolladora y endiablada que Shingai interpretaba a la perfección aparentemente sin despeinarse.
El sonido era bastante justito, le faltaba una pulida generosa, de esas que se arreglan con dinero.
Todo esto hacía prever un segundo disco más trabajado, con mejor sonido y mejores canciones, donde Noisettes explotasen sus originales particularidades tan difíciles de encontrar hoy día en un mercado en el que está todo vendido.
Pues no.
Noisettes se ha convencionalizado. Han dejado de existir.
Sólo conservan pequeñísimas trazas de lo que fueron, supongo que para engañarse a sí mismos y creerse que siguen siendo los de antes.
Hacen un pop bailable absolutamente normal. Shingai canta exactamente igual que tantas y tantas cantantes negras, ha perdido toda su fuerza y toda su personalidad, que esconde bajo peinados y vestiditos que no aportan nada a la música.
Ésta es Shingai Shoniwa ahora.Monísima.
Salta a la vista la diferencia.
Apuesto a que su próximo disco, si es que lo llega a sacar, será con su nombre, estoy seguro de que dejará a su grupo en la estacada como hacen muchas.
Aunque no estraría mal, a lo mejor Noisettes intentarían seguir por su propio camino con otra cantante, como hicieron Morcheeba.
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