Este blog es de opinión, no informativo. Las opiniones suelen ser positivas, pero no siempre.

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27 octubre 2009

Camel – “Camel” (1973) y “Mirage” (1974)

¡Vaya descubrimiento! Hay que ver, se está acabando la primera década del siglo XI y acabo de descubrir un grupo de los setenta. Camel es uno de los grandes grupos de rock progresivo de todos los tiempos, y por la razón que sea no había llegado hasta mis oídos hasta ahora. Nunca es tarde. Son del estilo de Yes, le dan más importancia al aspecto estrictamente musical que a otra cosa, que es lo que a mí me gusta.
El grupo lo formaban en un principio Andrew Latimer (guitarra y voces), Peter Bardens (teclados y voces), Doug Ferguson (bajo) y Andy Ward (batería).
No se suelen salir del 4x4, pero no por ello las composiciones son menos interesantes. Las voces no son lo más importante, de hecho estuvieron probando cantantes y como no encontraron nada que encajase perfectamente en su música decidieron cantar ellos mismos.
Hay alguna canción lenta pero por lo general tienen mucho ritmo. Hay pocas canciones largas y predominan los desarrolos instrumentales, con o sin virtuosismo.
Dos pedazo de discos de Camel. La música que hizo este grupo sí que me da ganas de investigar en su discografía a ver qué encuentro, lo que con toda seguridad saldrá en este humilde blog.

Magenta – “Seven” (2004)

Otro pedazo de disco de este pedazo de grupo.
Aquí se hace ver mucho más la influencia de Yes, sobretodo en los coros, y bastantes veces en la guitarra eléctrica, que en ocasiones parece que estés escuchando al mismísimo Stever Howe. El guitarra está más fino que en “Metamorphosis”, lo demuestra en unos cuantos solos realmente espectaculares, sobretodo el de “Envy”, temazo increíble, de esos que son capaces de erizar el vello de todo el cuerpo. “Envy” es una canción de 10 minutos con aires folklóricos galeses digna de la banda sonora de películas como “El señor de los anillos”, ideal para escenas en las que sales Elfos, tiene un trozo instrumental en medio con un inocente solo de teclado que le quita un poco de gracia, pero este solo está rodeado de dos partes cantadas por la increíble Christina Booth y rematada por el impresionante solo de guitarra.
El sonido es un poco diferente a “Metamorphosis”, es más suave, no tiene aquellos toques metálicos, y es más medieval y acústico.
A pesar de la gran calidad instrumental que tiene este grupo tengo que destacar una vez más la voz de Christina Booth, sin duda la mejor voz femenina que existe actualmente. Aquí no exagero un ápice.
Música agradable, recomendada a todo el mundo, el que no le gusten las partes instrumentales no tendrá que esperar mucho para volver a escuchar la voz de Christina Booth.

The Tangent – “A place in the queue” (2006)

The Tangent es otra de las formaciones suecas fundadas por Jonas Reingold de rock progresivo en la misma onda de Karmakanic o The Flower Kings.
El disco tiene 7 canciones, pero entre ellas suman casi 80 minutos, hay dos que pasan de los 20.
Aquí se acercan más al jazz que en otras grabaciones, lo que con músicos como Krister Jonsson, guitarra también presente en Karmakanic, Andy Tillison y Sam Baine a los teclados, Theo Travis con los instrumentos de viento y Jaime Salazar a la batería, es un verdadero placer.
El sonido es muy cercano a The Flower Kings, agradable y sin estridencias, lo que permite diferenciar bien entre instrumentos y apreciar la calidad de los músicos, de los que destacaría a los teclados y al batería.
Los temas principales son los largos, bien compuestos, con partes diferencias y mucho virtuosismo, pero el dato curioso es una canción, “The sun in my eyes”, que parece un homenaje a la música disco negra de finales de los ’70, a lo Ergüinanfayar, muy bailable y díver.
También hay referencias de música clásica y como ya he dicho, jazzísticas.
Recomendado sólo a los amantes del género, puede resultar un poco pesado por los largos desarrollos instrumentales con poco ritmo y por la excesiva duración.

The Nice – “Thoughts of emerlist davjack” (1968)

Las apetencias musicales van por rachas, que van relacionadas directamente con la etapa de la vida que se está viviendo. En 2004, 2005 y 2006 me dediqué a escuchar básicamene rock y pop sencillito, sin complicaciones, rítmico y efectivo. Pasados estos años el cuerpo me pedía algo más complejo, y me introduje un poco por encima en el jazz moderno. Y este año, vaya a saber usté por qué, me ha dao por el progresivo y he vuelto al heavy metal, pero sobretodo este año va de rock progresivo, que, a mi modo de ver, es el estilo más completo, pues combina técnica y melodía.
De la misma manera en estos últimos años me he interesado sobretodo por la música actual, había dejado lo antiguo un poco al margen. Pero este año me he vuelto a interesar también por el progresivo de los ’70. Aunque después de perder el tiempo escuchando toda la discografía de Genesis, faenón que me ocupó muchas de las preciadas horas de mi vida, decidí escuchar lo más representativo de cada grupo y si no me gustaba dejarlo correr y pasar a otra cosa. Así descubrí que Jethro Tull o King Crimson, por diferentes razones, no son lo mío. Pink Floyd me gustan, pero los encuentro demasiado trascendentes y lentos. Son buenísimos, sobretodo Guilmour, pero es un grupo que le da más importancia a aspectos de la música que yo no le doy tanta, y hay que recordar que yo de inglés entiendo una de cada 100 palabras, y así es difícil entender el mesaje.
Los que sí me han gustado mucho son Camel, ése sí que es mi rollo. Es curioso pero de los discos que he escuchado hasta ahora no me suena absolutamente nada. Llámale coincidencia de no haberme cruzado nunca con su música o simplemente ignorancia. El caso es que son geniales, pero de eso ya hablaré en otro momento.
Otro de los grupos por los que me interesado es The Nice. Se dice por ahí que el disco que comento aquí fue el primero de rock progresivo. Allá por el 1968. Fíjate tú si hace tiempo. Es de mi año.
Uno de los músicos es Keith Emerson, exacto, el mismo, el de Emerson, Lake and Palmer.
Para escucharlo hay que situarse en el contexto histórico. Supongo que en aquella época debió ser todo un flash.
Suena muy setentero, y hay largos desarrollos instrumentales. La guitarra a veces suena a Jimmy Hendrix, pero el sonido del teclado es un poco simple.
Hay un tema, “War and peace”, título muy apropiado para la época, que es un rock’n’roll instrumental con solos continuos de Emerson y el guitarra David O’List.
Pero lo que más me ha impactado del disco, bueno, impactado es poco, lo que me ha dejado absolutamene perplejo es otro tema instrumental que se llama “Rondo”. Es prácticamente idéntico a la parte intermedia del supertemazo “Space truckin” del “Made in Japan” de Deep Purple.
Pero... un momento... ¡el “Made in Japan” es del 1972 y este disco se editó 4 años antes!!! Es decir, que Deep Purple, para alargar su canción con un desarrollo instrumental largo, copió directamente a The Nice, lo que dice mucho a favor de Keith Emerson y poco a favor de Deep Purple. Con eso no quiero decir que para mí se haya derrumbado un mito, pero sí que esto ayuda a poner las cosas un poco en su sitio. Ni que decir tiene que “Rondo” en un temazo espectacular.
Es un disco que hay que escuchar, aunque sólo sea por cultura musical. Recomendado a los amantes del progresivo setentero y a las mentes inquietas ansiosas de conocerlo todo acerca de la buena música.

Lynch Mob – “Smoke and mirrors” (2009)

¿Alguien tiene ganas de escuchar heavy-rock del bueno?
Pues nada mejor que este disco de Lynch Mob, guitarrista que estuvo con Dokken.
Marcha y diversión a raudales. Está bien este estilo de música, entre tanto progresivo va bien quitar un poco de trascendencia a la cosa y escuchar algo así.
No hay más que oír “The phacist” para saber de qué va la cosa. Es un temazo con un estribillo repetitivo e intenso que te hace dar cabezazos contra el volante (si vas conduciendo).
Esta canción es la pista 8. A partir de aquí empieza una segunda parte en el disco. Las canciones que le siguen están compuestas en otro tono diferente, son más tirando a heavy clásico.
Gran disco. Recomendado a todo aquél que le guste el rock, o sea, a muchísima gente.

Karmakanic – “Wheel of life” (2004)

Otro estupendo disco de la sensacional banda sueca de Jonas Reingold. Es anterior y sustancialmente diferente a “Who’s the boss in the factory”. Lo que en éste era todo melodía en “Wheel of life” es abstracción y virtuosismo. Los toques jazzísticos abundan y Jonas Reingold se luce constantemente. La mayor parte del tiempo se le oye por encima de los demás instrumentos, aunque estos hagan un solo, lo que no molesta en absoluto, al contrario, para mí es el mejor bajista que existe, puede que no sea tan virtuoso como Kirwan Brown, Marcus Miller o Victor Wooten, pero es único en dar a la música esa magia que sólo con técnica no se puede conseguir.
En este disco Karmakanic utiliza compases complejos, pero como ya comenté una vez, lo hacen de forma natural, sin que la música resulte forzada o cortada.
El disco tiene 8 temas que oscilan entre los 4 y lo 14 minutos.
En uno de ellos destacan los aires hispanos, hay un solo de guitara española que ni el Chicuelo, pero lo cojonudo es que después Reingold se hace uno ¡con el bajo! Hay que escucharlo para saber de qué se trata. Y para rematar la “faena” se oye un “zapateao” con fondo de rock y un “palmoteo” con ese mismo fondo pero acelerado. Flamenco fusión sueco del bueno. Entre medias se puede escuchar una voz femenina que dice algo así: “¿Vas al tiempo? Quiero bailar”. Por lo visto la moza se las ve negras para seguir el ritmo.
También hay otra exquisita pieza de jazz fusion en compases de 5 tiempos con un ritmillo suave y fácil de seguir que es una verdadera joya.
Eso entre otras cosas.
Discazo impresionante. Eso sí, un poco difícil de escuchar, no tiene que ver nada o casi nada con el genial “Who’s the boss...”, pero rebosa brillantez por todas partes.
Otro diez para Karmakanic.

18 octubre 2009

Empty Tremor – “The alien inside” (2004)

Empty Tremor son una pedazo de banda de metal progresivo italiana con unos músicos y un sonido excelente, que es potente y suave al mismo tiempo. Combinan fuertes guitarras (Christian Tombetti y Marco Guerrini) con una base rítmica espectacular (Dennis Randi y Stefano Ruzzi) y un teclado omnipresente (Daniele Liverani) que le da al sonido esa suavidad y a menudo un tono épico.
Pero lo que más destaca por encima de todo es ese pedazo de cantante (Oliver Hartmann) con ese pedazo de vozarrón que recuerda al mismo tiempo a los míticos Graham Bonet y David Coverdale.
¿Hacen falta más datos?
No.
Pero es un placer hablar de él.
Las voces masculinas del metal de hoy en día parecen estar divididas radicamente en demasiado agudas o demasiado monstruosas, pues aquí está Oliver Hartmann para poner ese punto intermedio. Es capaz de llegar a registros agudos impresionantes, pero no los usa como único recurso, si no uno más de los muchos que tiene. Lo suyo es una voz fuerte, de tío, desgarradora cuando hace falta y melódica y dulce cuando lo requiere el tono de la canción, y además canta desde dentro, desde lo más hondo, con una pasión infinita. Pedazo de cantante, sí señor. Es de las mejores voces masculinas que he escuchado últimamente.
Gran disco de metal progresivo, y aunque a veces utilizan compases complicados y difíciles de seguir lo recomiendo a todo el mundo por el placer de escuchar a Oliver Hartmann.

Rinôçérôse – “Futurino” (2009)

Estos dos psicólogos franceses (Jean Philippe Freu y Patrice Carrié) que forman Rinôçérôse son uno de los referentes de la escena electrónica europea. Aunque en los dos últimos discos (Schizophonic y éste) se han dedicado a mezclar estilos para llegar a un rock electrónico con potentes guitarras muy bailable y divertido. Y además cuentan con colaboraciones estelares como Bnann Watts, cantante de Infadels, grupo inglés que hace también un rock electrónico semejante al de Rinôcérôse.
Muy díver, rítmico y marchoso. Ideal para pistas de baile (chudedensflor) que no se conformen con el tecno puro y duro.

Little Atlas – “Hollow” (2007) y “Wanderlust” (2005)

Little Atlas es un cuarteto estadounidense formado por Steve Katsikas (voz, teclados, guitarra rítmica y saxo), Roy Strattman (guitarra), Rik Bigai (bajo) y Diego Pocoví (batería).
Hacen rock progresivo puro (este año está claro que va de rock progresivo), con canciones de complejas estructuras y largos desarrollos instrumentales. La parte instrumental está muy bien pero el cantante falla un poco para mi gusto. Además, da la sensación de que tengan un montón de energía retenida. A ver, quiero decir que tienes la sensación de que en cualquier momento van a hacer un cambio de ritmo o a meter una descarga de sonido espectacular pero no, se quedan en ese ritmo medio-lento que ocupa la mayor parte de la duración de los discos.
Aún así tienen momentos muy brillantes y la escucha se hace agradable y entretenida.
Evidentemente recomendado para los amantes del género.

Atlas – “Bla Vardag” (1979)

Atlas es un grupo sueco de rock progresivo instrumental que sólo editó un disco. Junto con Kaipa son lo más representativo del progresivo sueco de los setenta.
En un principio me interesó porque los títulos del disco y las canciones son en sueco, y estoy deseando escuchar música en este idioma, pero por lo visto es algo realmente difícil.
El disco en un principio parece un poco monótono, pues el tono y el sonido no tienen variaciones apreciables. Pero a base de escucharlo vas descubriendo cosas y se hace de lo más entretenido, a pesar de no tener demasiado virtuosismo. Pero es posible que sea por eso, porque dan más importancia a la melodía y al ritmo que al vacileo instrumental.
Curioso disco, y muy bueno, recomendado a los amantes del género.

Myrath – “Hope” (2007)

En una entrada anterior decidí solemnemente dejar de sorprenderme al descubrir nuevos grupos buenos originarios de países “raros”.
Pues no.
Acabo de descubrir un grupazo procedente de Túnez.
De Túnez.
Sí, de Túnez.
Ahora mismo acabo de decidir que sigo estando abierto a sorpresas de todo tipo.
Este disco de Myrath, único hasta ahora de la banda, es sencillamente im-presionante. Es de los que enganchan desde la primera escucha, y si no que se lo digan a mi cuñao Jesús.
Aportan algo que tal como está el panorama es casi imposible, que es originalidad. Hacen un metal progresivo con un sonido poderoso y limpio que roza la perfección. Las canciones tienen complejas estructuras y desarrollos instrumentales con bastante virtuosismo pero sin resultar excesivo, lo que no quiere decir que a veces el guitarra y el teclado se ensarcen en espectaculares piques con solos alternativos a lo Dream Theater.
Pero, después de escucharlo unas cuantas veces, veo que a diferencia de muchos grupos de hoy en día le dan más importancia al ritmo que a la marcha. Su música no es sólo para escuchar, es para seguirla con todo el cuerpo, tampoco digo que sea bailable, pero escuchando según que pasajes del disco uno no puede dejar de imaginarse a dos moras vestidas de seda y repletas de jades y esmeraldas meneando el culo con gracia y sensualidad.
Y es que lo más curioso del grupo, lo que le da ese toque original, es esa mezcla de metal progresivo superpotente y de factura perfecta con grandes dosis de folklore árabe. Hay que escucharlo para saber de qué se trata.
Las voces recuerdan a veces a Linkin Park, que es lo que faltaba para acabar de rizar el rizo.
A veces duros, a veces tétricos, o melancólicos, o barriobajeros de alta escuela, o muy histéricos o muy relajados, o thrashers melódicos, a veces moros y a veces cristianos, pues no se cortan al meter entre un trozo metálico y uno árabe unos toques de salsa o de rollo latino a lo Carlos Baute, tal como suena.
Im-presionante. Es un discazo de los que hacen época, un poco difícil de escuchar para los que no estén acostumbrados al metal progresivo, aunque lo facilita un poco una baladita insertada en el disco al más puro estilo del heavy metal de los ’80.
Después de “Who’s the boss in the factory” de Karmakanic es lo mejor que ha llegado a mis oídos en este alucinante 2009.

Reingold – “Universe” (1999)

El bajista Jonas Reingold es un músico superprolífico. A parte de sus proyectos paralelos con Karmakanic, The Flower Kings y The Tangent también formó parte de grupos como Opus Atlantica, Reptilian o Time Requiem. Pero también publicó un disco con su propio nombre. Es bastante diferente del estilo al que se dedica actualmente, que es el rock progresivo. En “Universe” el estilo es un A.O.R. a veces bastante acelerado, a veces bastante épico, y a veces bastante empalagosillo.
El disco en su conjunto no me ha gustado mucho, pero tiene un temazo, “Overloaded”, que es una auténtica maravilla. Vale la pena escucharlo sólo por este tema. Tiene un estribillo enganchoso de los que se te graban a fuego en el coco.
Le acompaña Göran Edman a la voz, con quien comparte el proyecto de Karmakanic. Es espectacular la evolución que ha tenido este cantante en los años que separan este disco del “Who’s the boss in the factory” de Karmakanic. Göran Edman también estuvo con Yngwie Malmsteen, y en el disco se nota su influencia.
El resto de la formación son Marcus Jacobson a la guitarra y Jaime Salazar a la batería.

07 octubre 2009

Concierto de SAXON en Razzmatazz. 4-10-2009

De vez en cuando va bien rememorar viejos y buenos tiempos, y para eso nada mejor que ver al grupo favorito de tu adolescencia en directo, a pesar de que estos sean ya bastante viejunos.
Viejunos pero incombustibles. Saxon son de los pocos que nunca lo han dejado por una temporada, el período más largo entre dos discos ha sido de cuatro años, y además en el último vuelven a hacer música con la misma esencia que hace casi 30 años.
30 años.
Sí sí, 30 años.
Se dice pronto.
Pero claro, a las nuevas generaciones no les seduce nada este tipo de música, y eso se refleja en que el aforo total de las salas en las que tocan se va reduciendo poco a poco. Esta vez tocaron en la sala 2 de Razzmatazz. La media de edad del respetable (por decir algo) rondaba los 40.
El nuevo disco está bastante bien, pero Saxon saben que quien viene a verlos no es a escuchar sus nuevas canciones, por eso intercalaron algunos de los nuevos temas con sus exitazos de siempre. Abrieron el concierto con una nueva y siguieron con “Heavy Metal Thunder”, para crear ambiente. Después se me puso la piel de gallina cuando tocaron “Power and the glory”. Y así dieron un repaso a sus primeros discos, la estapa que va desde “Wheels of steel” hasta “Power and the glory”, sus verdaderos años dorados, obviando casi por completo el resto de su discografía, con la casi única excepción de la genial “Broken heroes”.
“Strangers in the night”, “Never Surrender”, “Wheels of steel”, “And the bands play it on”, “Strong arm of the law”… (Si son capaces de tararear todas estas canciones sólo con leer el título significa que ya tendrían que empezar a cuidarse).
Muy divertido, Saxon siguen dando caña, a pesar de sus años. Lo único que enturvió en concierto fue el sonido, que era verdaderamente terrible.
Ahí van unos afotos pa la posteridá.