De vez en cuando va bien rememorar viejos y buenos tiempos, y para eso nada mejor que ver al grupo favorito de tu adolescencia en directo, a pesar de que estos sean ya bastante viejunos.
Viejunos pero incombustibles. Saxon son de los pocos que nunca lo han dejado por una temporada, el período más largo entre dos discos ha sido de cuatro años, y además en el último vuelven a hacer música con la misma esencia que hace casi 30 años.
30 años.
Sí sí, 30 años.
Se dice pronto.
Pero claro, a las nuevas generaciones no les seduce nada este tipo de música, y eso se refleja en que el aforo total de las salas en las que tocan se va reduciendo poco a poco. Esta vez tocaron en la sala 2 de Razzmatazz. La media de edad del respetable (por decir algo) rondaba los 40.
El nuevo disco está bastante bien, pero Saxon saben que quien viene a verlos no es a escuchar sus nuevas canciones, por eso intercalaron algunos de los nuevos temas con sus exitazos de siempre. Abrieron el concierto con una nueva y siguieron con “Heavy Metal Thunder”, para crear ambiente. Después se me puso la piel de gallina cuando tocaron “Power and the glory”. Y así dieron un repaso a sus primeros discos, la estapa que va desde “Wheels of steel” hasta “Power and the glory”, sus verdaderos años dorados, obviando casi por completo el resto de su discografía, con la casi única excepción de la genial “Broken heroes”.
“Strangers in the night”, “Never Surrender”, “Wheels of steel”, “And the bands play it on”, “Strong arm of the law”… (Si son capaces de tararear todas estas canciones sólo con leer el título significa que ya tendrían que empezar a cuidarse).
Muy divertido, Saxon siguen dando caña, a pesar de sus años. Lo único que enturvió en concierto fue el sonido, que era verdaderamente terrible.
Ahí van unos afotos pa la posteridá.
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