Continuando lo dicho anteriormente, parece que los músicos venden sus entradas al precio que les puede resultar más rentable, por supuesto ignorando las posibilidades del gran público. Los discos han bajado de precio, pero no es porque sí, la demanda ha bajado, pero la intención sigue siendo la misma, antes se vendían al máximo precio rentable y ahora también. Conciertos y discos no son más que productos del mercado.
Entonces un usuario normal hace más o menos lo mismo, con la diferencia de que está al otro lado de la barra. Antes, si se podía comprar un disco se lo compraba y si no, no, siempre de acuerdo con su economía. Ahora puede escoger entre comprárselo y bajárselo de Internet desde un programa P2P (ojo, no estoy hablando del top-manta), y de acuerdo con su economía sería ridículo pagar cualquier precio por él si se lo puede bajar gratis cuando le apetezca. ¿No es eso economía de libre mercado? Dos productos prácticamente iguales a precios muy diferentes, ¿por cuál se decantará el usuario? Si los artistas y las compañías funcionan según la máxima rentabilidad ¿por qué tendría que hacer el usuario algo diferente?
El caso, aunque nos quieran hacer creer lo contrario, es que se siguen vendiendo muchos discos, no tantos como antes, pero muchos, la industria discográfica sigue siendo rentable, si no ¿existiría?, tengan por seguro que no. ¿Y esos discos quién los compra? Sin tener en cuenta las ventas por descargas a móviles que suponen el 25% de las ventas hay dos tipos de compradores, los que no tienen Internet ni ningún coleguita de confianza que lo tenga, y los que sí tienen. Los primeros si les gusta la música es lógico que compren discos. Y los segundos son ese colectivo que ha caído en las redes de conciencia de las multinacionales. Éstas no paran de bombardearnos con mensajes que van directos a nuestras conciencias, que eso está muy feo, que eso es robar…
¿Robar?
¿Y a vender la entrada de un concierto a 500e cómo lo llamamos? Y a la subida de precio de un 50% que experimentaron los discos en el cambio de vinilo a digital siendo el CD un soporte infinitamente más barato en gastos de producción? En el precio de los conciertos va incluido el concierto, el disco que se promociona, el resto de la discografía al completo, los cubatas, los canutos, y en algunos hasta el bocadillo, el carajillo y el cigarrito. Y extrapolando a otros tipos de producto del mismo mercado, ¿cómo le llamamos a vender pisos de 50 metros cuadrados a 40 millones de pelas? ¿Y qué decir del precio de la gasolina? ¿Hace falta que siga? ¿No es eso robar? ¿Y quién paga el pato? El de siempre, el usuario.
Podríamos hablar también del cannon digital. Resulta que te cobran un mínimo porcentaje por cada soporte digital por si acaso se te ocurre hacer una copia ilegal. Por si acaso. Un mínimo que no me quiero ni imaginar los ingresos que produce. Este cannon va dirigido a la Sociedad General de Autores, que se sigue quejando y mandando los mismos mensajes anticonciencia que las multinacionales. O sea, se quedan con el cannon pero si pueden sacar algo más mejor. Economía de libre mecado. Y por cierto, ¿quién paga ese cannon? El de siempre, el usuario.
En realidad ¿quién se está quedando con la mayor parte del pastel? Sin duda las compañías de telecomunicaciones, que te cobran líneas de banda ancha a precios desorbitados pagados por supuesto por el usuario. Podrían poner el cannon en estas líneas, pero claro, las compañías simplemente subirían los precios y el que acabaría pagando el pato sería el de siempre, el usuario.
El usuario, el usuario, el usuario...
La reflexión concluyente que se extrae de aquí es inevitable. Por una vez en la vida “el usuario” es, de alguna manera, el beneficiado de todo este lío, las grandes compañías lo único que pueden hacer es quejarse o reinventar el negocio. ¿Seremos capaces de soportar la presión psicológica que nos dice que somos muy malos y que la culpa de todo es nuestra? Allá cada uno. Tengan claro que si esto no beneficiase a muchos poderosos los programas de descargas serían mucho más perseguidos, y esto de la música y el cine a la carta y gratis se acabaría y nos quedaríamos con dos palmos de narices después de darnos cuenta de que el poder que creíamos tener no estaba realmente en nuestras manos. La guerra no va con nosotros los ususarios. La guerra es entre los poderosos, que nos utilizan a nosotros como arma arrojadiza, como pasa con todas las guerras de cualquier tipo.
Que los grandes músicos vivan en la opulencia más desmesurada resulta obsceno. Que sigan cobrando derechos de autor después de décadas de haber editado un disco es injusto. ¿No son músicos? Pues que actúen, que trabajen, que se lo ganen, que suden la camiseta, que nosotros iremos a esos conciertos encantados, si la economía nos lo permite. Antes el concierto era para promocionar el disco, ahora es justo al revés. De alguna manera se está haciendo justicia.
Y es que Internet es una herramienta que sirve para muchas cosas. Un grupo puede promocionarse, puede vender entradas de sus conciertos, vender sus discos y muchas cosas más. Pero nos piden que usemos esa maravillosa herramienta sólo para lo que les beneficia a ellos. O todo o nada amiguetes, va todo en el pack.
Y otra cosa. Si no existiesen los programas P2P ¿cuánta gente tendría una línea ADSL? ¿Pagaríamos esos precios mensuales sólo para disponer de correo electrónico, mensajería instantánea y consulta de páginas web, entre otras cosas? ¿Y serían estos servicios gratis si no fuesen utilizados por millones de personas? Estoy seguro de que la mayoría de la gente no tendría ni ordenador. Entonces ¿qué sería de Microsoft, Google o Intel por citar algún ejemplo? ¿Y de Telefónica? A ver si al final, señores poderosos, vais a tener que agradecer a estos programas que vuestras empresas sean tan poderosas, de hecho, entre las más poderosas del mundo...
Pero como nunca tenéis suficiente, y aquí me refiero a Microsoft, una vez os habéis aprovechado de lo que llamáis pirateo para enriqueceros hasta el empacho ahora queréis reventar del todo diciéndonos que no usemos los P2P.
Que os zurzan. Que os zurzan a todos.
-Te has quedado a gusto, chavalote.
-Pues sí, mucho.
-Pues nada, a disfrutar, que esto se podría acabar en cualquier momento.
-Soy plenamente consciente de ello, amigo blog.
-Buenas tardes.
-Buenas tardes, majo.
-¿No tenías que decir buenas noches?
-No, esto no ha sido un diálogo de besugos.
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