¿Se pueden fusionar jazz y country?
Si se quiere sí, claro.
Pero… ¿quedaría bien?
El que tenga dudas que escuche este disco.
Bill Evans hace una fusión de jazz, rock y country con un resultado impecable.
A diferencia del anterior disco completamente instrumental, en éste quería meter canciones cantadas. Para ello probó un buen número de cantantes, pero como la voz de ninguno de ellos encajaba a la perfección con la música se puso él mismo al micrófono.
Pues no le sale mal.
Se ha rodeado de una pléyade de estrellas como Victor Wooten, Richard Bona, Bela Fleck o Randy Brecker, por citar algunos.
Lo único que no me gusta del todo son los baterías, Dennis Chambers y Joel Rosenblatt, de un estilo muy parecido. Para mí son demasiado inquietos, demuestran su indudable virtuosismo constantemente, tanto que se olvidan de marcar el ritmo, convirtiendo una música que podría ser muy animada y bailable en jazz generalmente demasiado técnico, sólo para escuchar.
A destacar el trío de cuerdas western de banjo (Bela Fleck y Ryan Cavanaugh), mandolina (Sam Bush) y Christian Howes (violín), los bajistas (Wooten y Bona) y por supuesto el saxo de Bill Evans, todo un maestro.
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