"Let in Hollywood", la segunda obra de arte de este impresionante disco es un temazo muy enérgico compuesto en compases de 7 tiempos.
El sonido recuerda a los Yes de los 80, al 90125. Sólo recuerda, es mucho más potente.
Es la más corta y la más rápida del disco.
Tiene momentos muy vibrantes, bueno, en realidad sólo hay uno que dura 5 minutos.
Al principio cuesta un poco de seguir si uno no está acostumbrado a este tipo de compases. Lo suyo es fijarse en el batería para cogerle el tranquillo. Pero cuando lo puedes seguir más ó menos de forma automática, sin contar, es brutal.
Este compás se mantiene durante todo el tema, pero en su parte central hay un cambio de ritmo a un tempo más bajo. Aquí es donde las guitarras suenan con más fuerza, acompañando a un solo de teclado con un sonido agudo e histérico que crea un conjunto brutal.
Después le sigue una estrofa con muchos huecos de sonido que desenlaza en un final que sólo se acerca a la perfección, no la sobrepasa como el resto del tema.
Atención a los dibujos que va haciendo Jonas Reingold con el bajo, pero aún más atención al sonido que crean bajo y guitarra juntos cuando se ponen de acuerdo y tocan lo mismo.
Brutal.
Podría escribir un tomo sobre esta canción, pero es mejor escucharla. Es de las que se pueden oír 10 veces seguidas sin cansarse.
Vaya temazo.
Habrá más sobre este disco.
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